17 nov 2010

Contando experiencias... La Goulette - Sidi Bou Said

La Goulette es una ciudad situada al norte de la costa mediterránea africana, en Túnez. Fenicios, romanos, judíos y árabes son algunos de los pueblos que se establecieron en las costas del norte y sur del país, a los que se les sumaron los musulmanes de España y los turcos otomanos teniendo como consecuencia de tal  riqueza cultural patente en las relaciones comerciales entre diferentes países la mente tan abierta y tolerante que tienen los tunecinos. 

Artesanía de Túnez
Cuando bajes del barco y pises el suelo de la República Tunecina verás,  probablemente, durante el camino hasta la puerta de salida del puerto a tunecinos con camellos a un lado esperando a que te subas encima de éstos para hacerte una foto. Al igual que sujetar la torre de Pisa en Pisa, subirse a un camello en Túnez constituye un marco típico. Cuando salgas del puerto encontrarás una fila enorme de taxistas exaltados por conseguir que te subas en sus taxis. No te asustes, los tunecinos están encantados en recibir turistas, por eso se desviven así. El precio del traslado se pacta antes de subir al taxi, siendo en esta ciudad muy común el regateo, sólo cuando vean que no estás por la labor de pagar más del precio que tú les digas, cederán. Los taxistas resultan interesantes como guías turísticos de la ciudad y por un precio muy económico pueden enseñarte todo lo que alberga la ciudad. Seguramente ellos se ofrecerán a acompañarte durante el viaje, sino, puedes preguntarles, te asguro que estarán más que encantados. Aunque te llevarán a las tiendas en las que ellos se lleven una comisión por las compras que realices durante el viaje, y a las típicas trampas turísticas en las que un turista a veces cae sin remedio, pueden quitarte de encima a comerciantes tunecinos muy pesados cumpliendo la función de taxista, guía turístico y guardaespalda.

La religión que predomina en Túnez es la musulmana, aunque existen minorías judías y católicas. Los pilares del Islam se basan en la creencia de que no hay quien merezca culto salvo Alá y que Mahoma es su mensajero, en rezar cinco oraciones diarias en dirección a La Meca -motivo por el cual les verás de cuando en cuando rezando en cualquier lugar-, en el pago del azaque, en la abstención de comer hasta el anochecer durante el Ramadán y en peregrinar a La Meca una vez en la vida. Verás que algunas mujeres musulmanas se tapan el pelo con un hiyab pues consideran que su visión de belleza radica en el pelo, e incluso algunas de ellas –un número muy reducido-  llevan un burqa; una prenda no exenta de controversia que se ve como una ofrenda a Alá o un símbolo de la opresión a la mujer.

Mezquita Djamaa ez-Zitouna
Como monumentos típicos en Túnez se encuentra el anfiteatro del El Jem, que es el mayor anfiteatro romano de África y constituye uno de los ejemplos de la ocupación de Túnez por parte del Imperio Romano, la Gran Mezquita Djamaa ez-Zitouna –si te interesa entrar en una mezquita, puedes hacerlo, pero si eres mujer has de cubrirte el pelo y llevar una camiseta de mangas cortas y pantalones o falda larga -, la galería de pintura Galeria Blel o el Club Tahar Hadad. También merece la pena pasarse por la calle de la Kasbah, una de las más transitadas que atraviesa la medina de este a oeste, desde la Plaza de la Victoria hasta la Plaza de la Kasbah. Es una calle muy larga y laberíntica, abarrotada de gente y de comerciantes tunecinos, los cuales son muy cordiales y simpáticos, pero a veces pueden resultar agotadores pues tardan mucho en aceptar un “no” por respuesta. 

Calle de Sidi Bou Said
Si dispones de tiempo, te aconsejo visitar Sidi Bou Said, un idílico pueblo costero situado a 20 kilómetros de Túnez que destaca porque las casas son de color blanco menos las puertas, ventanas y rejas que están pintadas de celeste que parece un pequeño pueblo griego én Túnez.  Estos colores tan peculiares datan su historia de 1920  año en el Rodolphe d´Erlanger aprobó una ley que obligaba a todos los habitantes de la localidad a pintar y mantener sus casas de color blanco, menos las puertas, ventanas y rejas que tenían que ser de color azul claro. La mejor forma de visitar este encantador pueblo es paseando por las calles del pueblo y asomándote en cada mirador que permite ver la costa tunecina. También puedes aprovechar la ocasión para hacer unas compras, ya que  encontrarás cosas interesantes y muy baratas como cerámicas, jaulas de pájaros (fíjate en el avión de vuelta  la cantidad de personas que transportan una jaula con lo cómodo que resulta hacerlo en un avión clase turista), fotografías, y demás objetos y/o souvenirs. 

Como monumentos puedes visitar el Dar Annabi, la mezquita-Zaouia de Sidi Bou Said y el Palacio del Barón Erlanger, los cuales te aseguro que te dejarán con ganas de conocer con más profundidad este bello continente con una riqueza cultural embriagadora.